Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2024

Peresentación diocesana de 'Cosas que leo al leer'

Imagen
 

Recensión de 'Cosas que leo al leer'

Imagen
 

DOMINGO VII DE PASCUA. ASCENSIÓN DEL SEÑOR (Hch 1, 1-11; Sal 46, 2-9; Ef 1, 17-23; Mc 16, 15-20)

Imagen
¿Dónde está el cielo? Es evidente ya que no está en la parte alta del universo, pues el universo no tiene parte alta. Por otro lado, tampoco se puede decir que está en otro sitio, pues si el cielo es el espacio donde Dios se encuentra no hace falta ir a ningún sitio especial para estar junto a Él. Lo que sí se puede mantener es que aparece allí donde la vida no está sometida a ninguna de las fuerzas de muerte que habitan el mundo. Por eso, podemos decir que es Dios mismo, porque Dios es vida y vida que se da en movimiento sin fin, con un deseo de que todo sea colmado de sobreabundancia de forma que produce alegría y nada más que alegría (este seguramente sea el sentido del canto de los ángeles, del que a veces hablamos para describir el cielo). Esta es la razón por la que en determinados momentos decimos que tocamos el cielo, porque experimentamos la vida solo como vida dada, acogida, compartida, creativa, sobreabundante, sin fronteras de ningún tipo, sin nada que la limite o la frustr

DOMINGO VI DE PASCUA (Hch 10, 25-26. 34-35. 44-48; Sal 97, 1-4; 1Jn 4, 7-10; Jn 15, 9-17)

Imagen
La lógica de nuestros tiempos hace que al escuchar a Jesús decir: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor” o “vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando”, concentremos nuestra atención en la segunda parte: hemos de amar, hemos de cumplir los mandamientos del amor. Pero entonces olvidamos que la primera no es, sin más, evidente; que sin la primera la vida cristiana se reduce a lo que hacemos nosotros, que por otra parte es siempre imperfecto, frágil y habitualmente ambiguo. Todo queda medido por si hago o no hago, por si cumplo o no cumplo. Triste cristianismo y triste vida la del que así lo vive, porque es el amor, la amistad de Cristo la que nos salva. Pero esta amistad, este amor no es simplemente una idea, sino un acontecimiento a vivir, y necesitamos abrirnos a él. Jesús elige a algunos para que vayan con él, para que aprendan a ser amados y así puedan hablar del amor de Dios (también con sus obras), pero lo primero es lo primero: escuchar a