DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C (Is 62, 1-5; Sal 95, 1-10; 1Cor 12,4-11; Jn 2, 1-11)

“Llenad las tinajas de agua”. Esta es la petición de Jesús. Lo que va a hacer requiere de un trabajo previo encargado a quien parece no pintar mucho en la historia que se cuenta. Sin ese trabajo no hay milagro, no acontece la alegría que trae el Señor.

Y creo que así es la llegada del Reino, con la alegría que trae. Se nos pide llenar las tinajas hasta arriba, no dejar de poner todo lo que somos y tenemos en este mundo ancho que no parece cansarse de solicitar de nosotros lo mejor. Y luego a esperar, porque el milagro que aquí acontece en unos minutos, en nuestra vida no siempre es tan instantáneo, y en muchas ocasiones tendrá que esperar hasta aquel momento donde todo aparezca tocado por el poder transfigurador de Dios. Todo, todo lo que habíamos puesto de nosotros mismos, y no solo lo que hicimos bien, también lo que se frustró, pero llevaba nuestra buena intención que no fue suficiente para que fructificara aquí.

Es difícil hacer las paces con esa sensación de siervo inútil con la que la vida nos carga porque lo que hacemos parece que no vale de mucho en este mundo devorador de ilusiones, pero nuestra fe no dice eso. Todo está contado y pesado en la memoria de Dios, y todo dará su fruto, y ese fruto será motivo de alegría para todos no solo para nosotros mismos, como lo fue el vino de Jesús en Caná.

 Mientras tanto muchas veces nos agobiaremos por la dureza infecunda de la vida. Entonces María, y tantos otros que se fiaron del Señor y supieron aguantar con esperanza el lento venir del reinado de Dios nos volverán a decir: “Haced lo que él os diga”.

 

Pintura de Alexander Antonyuk, Caná.

Comentarios

Entradas populares de este blog

TRAS LA MUERTE DE JAVIER. Compañero de presbiterio.

DOMINGO V DEL TIEMPO DE PASCUA. CICLO C (Hch 14, 21b-27; Sal 144, 8-13; Apoc 21, 1-5a; Jn 13, 31-35)

DOMINGO VI DEL TIEMPO DE PASCUA. CICLO C (Hch 15, 1-2. 22-29; Sal 66, 2-8; Apoc 21, 10-14.22-23; Jn 14, 23-29)