El rostro de Cristo (Juanito Jiménez)
Señor que recoges en la intimidad de tu corazón el caos que habita nuestras existencias turbulentas; que haces sitio para ellas en la paz de tu corazón. Señor que apaciguas los odios y renconres con el silencio misericordioso de tu mirada interior, que serenas la vorágine de nuestros deseos en el remanso íntimo de tus ojos recogidos. Señor a quien nada ni nadie puede quitar la paz. Señor de quien todo y todos reciben los caminos de la paz.
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