El rostro de Cristo (Alekséi von Jawlensky)

Abriste los ojos a la vida y la creación se llenó de la luz que esperaba desde el principio. Los colores vinieron a tu rostro a jugar con la luz de tu presencia. Bajo tu mirada, sobreabundante sobre la fealdad del mundo, se ilumina nuestro ser y se armonizan las formas porque encuentran la belleza que Dios quiso para ellas. Y ya no hay miedo, pues tu rostro de la luz abierto redime en la profundidad de sus ojos toda la oscuridad de nuestras vidas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

TRAS LA MUERTE DE JAVIER. Compañero de presbiterio.

DOMINGO V DEL TIEMPO DE PASCUA. CICLO C (Hch 14, 21b-27; Sal 144, 8-13; Apoc 21, 1-5a; Jn 13, 31-35)

DOMINGO VI DEL TIEMPO DE PASCUA. CICLO C (Hch 15, 1-2. 22-29; Sal 66, 2-8; Apoc 21, 10-14.22-23; Jn 14, 23-29)