Las manos del Señor (Sieder Köder)
Tierra movediza es este mundo tan propenso a tragarnos, donde aún no se han separado del todo las aguas de la tierra firme y donde solo la fe hace pie. Y, sin embargo, al contacto con los dones del Señor fácilmente olvidamos que no podemos andar sobre las aguas por nosotros mismos: No vacilaré jamás…, decimos.
Pero hemos aprendido, queremos aprender, que solo de tu mano encontramos tierra firme y podemos respirar incluso si las aguas espumantes nos cubren con sabor a muerte. Solo necesitamos. volver a la fe, llamarte, y tú extenderás tu mano para ponernos en pie, en la vida y en la muerte.
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