DEDICATORIA

 Hay libros que valen por la dedicatoria que les acompaña. Porque esta dedicatoria hace memoria de una amistad que se comparte a través del libro regalado.

En uno de los libros de mi estantería encuentro esta dedicatoria de una amiga: “Algo diferente para que leas este verano. No es el tipo de libro que yo te regalaría, no es el tipo de libro que tú leerías, pero… ¿Quién sabe?... Ya me contarás”.

De esta manera, ese libro se convirtió durante algunos días en un tiempo de amistad compartida en la distancia; en una aventura en la que se me invitaba a entrar en un espacio desconocido para mí y grato para ella.

En estas ocasiones la lectura no está simplemente atenta a la historia narrada, sino a las señales de esa otra persona que se te ofrecen en ella mostrándote un espacio personal que tú no conocías y que quiere compartir contigo.

El libro se convierte entonces en el espacio de una conversación a distancia y de una posible y futura conversación cara a cara. Eso sí, si aceptas entrar en un territorio que no es el tuyo y que se te ofrece con la confianza de que sabrás apreciarlo.

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