Fragmento apócrifo de la creación (2)
Al terminar la obra de la creación oyó Dios el trino de los pájaros y el susurro de los ríos. Se acercó y olió el perfume de las flores y el frescor de la tierra recién empapada por la lluvia, incluso saboreó alguno de los frutos que ofrecía. Cuando comenzó a pasear por el mundo se detuvo a acariciar el césped y a jugar con la arena de la playa… y no pudo por menos de entregarse y abrazar el barro hasta hacerlo semejante a sí, queriendo compartir el amor con que había dado a luz esta creación que era hermosa de verdad. Así nacieron los seres humanos y a ellos les entregó su obra. Y vio Dios que todo estaba bien, que todo era bueno, y al reposar su amor en la creación todo se vistió de belleza y esplendor. Entonces Adán y Eva, y con ellos toda la humanidad, se desperezaron y extendieron su mirada sobre el mundo. Comenzaron a oír y a oler, a saborear y a tocar… con la alegría de encontrar un regalo a cada paso. Vieron que el mundo era bueno, y al levantar al cielo su mirada y o...