Entradas

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA / II DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo C. (Gen 3,9-15.20; Sal 97,1-4; Ef 1,3-6.11-12/ Filp 1, 4-6.8-11; Lc 1.26-38)

Imagen
A veces basta que un pájaro se pose en el dintel de nuestra ventana, o sentir la suavidad acogedora de las sábanas de nuestra cama, o quedar a tomar un café o una cerveza con un amigo, o que una sonrisa nos tienda su mano amiga, o que aparezca el fruto momentáneo del esfuerzo de un trabajo en el que hemos puesto nuestro empeño para que sintamos que el mundo se ha ordenado por un momento y se ofrece como un hogar acogedor. Entonces, por un instante se nos revela que el mundo es bueno, que tiene sentido, que está creado para la vida y que se puede confiar en él. Es como si el futuro que continuamente esperamos nos visitara para animarnos a caminar con esperanza. Para los católicos, esto sucede con María, en ella la humanidad alcanza su forma verdadera y se nos ofrece como compañía de vida para alentar nuestros trabajos y nuestros días. El vacío que todos sentimos se hace para ella anuncio de una gravidez divina que dará a su vida sentido y plenitud, el camino por el valle de lágrimas q...

PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO CON CAITLIN CONNOLLY

Imagen
 

I DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo C. (Jer 33,14-16; Sal 24; 1Tes 3,12-4,2; Lc 21,25-28.34-36)

Imagen
No terminamos de salir del caos. De ese caos que describían los primeros versículos del Génesis y que nos es otra cosa que la dureza con que la creación se resiste a dejarse modelar por Dios. Así empezamos el adviento, recordando que aún no estamos en la creación que Dios quiere (quizá por eso no debiéramos dejarnos abducir por ese disfraz que se ponen las ciudades y las calles, disfraz de belleza y vida plena, que revela hasta qué punto preferimos mirar para otro lado, dormidos en la excitación de una exuberancia artificial). Pero, el evangelio de hoy nos invita a iniciar el adviento en el lugar del que queremos huir, en ese lugar que busca la luz de Dios, luz pura y agraciadora; la vida de Dios, vida natural y gozosa; la sobreabundancia de Dios, que ofrezca rehabilitación a lo degradado por nuestra torpeza y nuestro pecado; la comunión de Dios, lugar de amistad y recreación de nuestras enemistades, odios y violencias; la eternidad de Dios, eternidad donde la pena por el desgarro que ...

XXXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. FIESTA DE CRISTO REY (Dn 7, 13-14; Sal 92, 1-5; Apoc 1, 5-8; Jn 18, 33b-37)

Imagen
La palabra mundo es una palabra compleja en el evangelio de Juan. Por un lado, es el espacio de la vida creatural. Un espacio dominado por la vida cotidiana y sus afanes. El lugar donde la vida se pone en nuestras manos de parte de Dios. El mundo así es la creación hecha historia por la vida del hombre, lugar de encuentro con las cosas, con los otros, con Dios. Por eso dice Jesús en su oración al Padre: “No te pido que los saques de este mundo…”. Por otro lado, el mundo es un lugar confuso, engañoso, dominado por la violencia y la mentira, por la impotencia para alcanzar nuestra verdadera identidad pues ha quedado ensombrecida por el pecado. Es el lugar donde domina el mal.  Y a esto se refiere Jesús cuando termina la frase anterior diciendo : “…sino que los libres del maligno”. En el evangelio de hoy, Jesús aparece sujeto a los poderes de este segundo mundo que no quiere ni oír hablar de su evangelio porque le va bien, incluso si es a costa de perder su alma. Por eso, cuando J...