DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO. Solemnidad de San Pedro y San Pablo (Hch 12, 1-11; Sal 33, 2-9; 2Tim 4, 6-8.17-18; Mateo 16, 13-19)

Al celebrar la fiesta de san Pedro y san Pablo, identificamos en ellos la verdad de la fe, la confesión de la fe que reconoce en Jesús, como hicieron estos apóstoles de manera ejemplar, la bendición perfecta y última de Dios, al mesías que no solo organiza el mundo con justicia y paz, sino que ofrece la vida de Dios como espacio de vida para todos, la vitalidad de Dios como aliento de existencia eterna para la humanidad, el amor de Dios como lazo de unión de todo y de todos. “Tú eres el Mesías, el hijo de Dios”, dice Pedro. A la vez, en ellos identificamos el camino de la fe , que no es simplemente una confesión, sino un proyecto de vida bajo la forma del mismo Jesús. Es decir, se trata de afirmar con la vida misma que “Jesús es Señor”, como le gustaba decir a Pablo, y eso solo se puede hacer si ponemos todo lo que somos bajo su palabra y su Espíritu. Al final de su itinerario, Pablo echando la vista atrás le dice a Timoteo: “He combatido el noble combate, he acabado la carrera, he co...