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Mostrando entradas de junio, 2022

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C (1Rey 19, 16b.19-21; Sal 15, 1-11; Gal 5, 1.13-18; Lc 9, 51-62)

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Una de las experiencias más desconcertantes para los discípulos de Jesús de todos los tiempos es descubrir que, siendo él el mesías y el Señor, en determinados momentos parece no significar nada para un mundo que no se deja modelar por él y que incluso rechaza radicalmente sus formas. Sentimos que, si es verdad que junto a él se experimentamos el sabor de la vida verdadera, a la vez entramos en una forma de vida que se topa con la indiferencia, el desprecio o el rechazo del mundo. ¿Qué significa entonces la salvación si el mundo sigue a lo suyo? Como vemos en el evangelio de hoy, a Jesús no se le da alojamiento en un pueblo y, él mismo, parece no extrañarse pues sabe que su vida no tiene una piedra para descansar en esta historia. Pese a ello, Jesús sigue trabajando y actuando el evangelio sin violencias ni condenas.   Y esto es lo que apenas sabemos hacer sus discípulos que, en cuanto notamos el espesor del mal a nuestro alrededor, reaccionamos al desprecio con desprecio, a la injus

SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO - CICLO C (Gn 14,18-20; Sal 109,1-4; 1Cor 11,23-26; Lc 9,11b-17)

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Una mujer alimenta con su propio cuerpo a un niño que ni siquiera parece ser algo más que nada en su vientre. Un hombre se dirige al hospital a dejar medio litro de sangre de sus venas para no sabe quién. Un joven recorta un poco de su tiempo para jugar con los niños de una barriada en la que solo les rodean problemas. Un desconocido se hace unas pruebas por si pudiera dejarle parte de su médula a quien pudiera necesitarla. Una jubilada acoge en su casa a un niño cuando llega del colegio y le da de merendar de su nevera, mientras su madre soltera y sola vuelve del trabajo. Un chaval de bachillerato se sienta con otro que no sabe cómo aprobar para compartir su inteligencia matemática y poder pasar la EBAU los dos juntos. Un hombre cubre el turno de su compañero que no levanta cabeza desde que la vida se le puso del revés. Una familia no muy desahogada, después de hacer cuentas, mete en un sobre parte del dinero del mes y lo ofrece a quien no le alcanza para llegar a ese mismo fin de mes

ORACIÓN DE FINAL DE CURSO 2021-22

Señor, Dios nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!   ¡Qué admirable tu nombre, Señor! , creador del cielo y de la tierra, creador que te complaces cuando ves la efervescencia de la vida en todas sus formas, que te complaces cuando los sonidos que el movimiento de las cosas y las relaciones de los seres vivos producen llegan a tus oídos atentos. ¿Qué es el ser humano para que hayas pensado de él?   ¡Qué admirable tu nombre, Señor! , creador de pensamiento y de los misterios que habitan la profundidad de las cosas, Creador de la música de las estrellas y del susurro íntimo de nuestra alma. ¿Qué es el ser humano para que hayas pensado de él?   Señor, Dios nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!   ¡Qué admirable tu nombre, Señor! , Tú nombre, que es una llamada continua, una pregunta alentadora, un misterio acogedor. Tu nombre que es el verdadero cielo protector, el suelo firme que nos sostiene, el juicio que renueva todas las cosas.   ¡Qué admi

Renovar el mundo sin renovarnos o el mito de la piedra filosofal

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Esto es, encontrar la piedra filosofal. Esa piedra buscada durante siglos porque tenía la propiedad de convertir los metales en oro o plata. ¡Magnífico si existiera!, o quizá no. Pero no existe, es solo una leyenda, un cuento que también nuestra cultura ha acogido con credulidad bajo otros nombres. Y es que los seres humanos tenemos tendencia a soñar despiertos, a imaginar atajos imposibles para no aceptar la realidad y no recorrer los caminos que nos impone, querámoslo o no, la vida. Algunos dicen: “quiero un puesto de trabajo donde haya poco que hacer y se gane mucho”; la mayoría queremos políticos que resuelvan los problemas sin que tengamos que mover un dedo; o pedimos una Iglesia convertida sin plantearnos cómo convertirnos personalmente. Y como este deseo está tan arraigado en nuestro corazón, siempre hay gente dispuesta a aprovecharse vendiéndonos lo que sabe que no existe, pero estamos dispuestos a comprar. Digo esto pensando, por ejemplo, en que para ayudar a Ucrania en estos

SOLEMNIDAD DE LA SANTISIMA TRINIDAD - CICLO C (Prov 8, 22-31; Sal 8, 4-9; Rom 5, 1-5; Jn 16, 12-15)

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Al nacer iniciamos siempre un camino de acogida de la vida a través de una historia familiar, a través de las formas de ser y de estar que tienen entre ellos, de sus formas de ser y estar en el mundo, de sus trabajos y de sus celebraciones. Somos integrados progresivamente en su manera de mirar, de sentir, de vivir. Podríamos decir que cada familia tiene una sabiduría peculiar, un espíritu de vida propio que se nos va ofreciendo como nuestra propia forma de ser en el mundo, por más que en un determinado momento el ser nosotros mismos requiera tomar distancias de algunas de estas formas y maneras. En el evangelio de hoy se nos habla de que el Espíritu de Dios se nos entrega para que nos integremos en la familia misma de Dios, en su vida de relación en la que no existe el uno sin el otro, donde no cabe la indiferencia que tantas veces hiere la vida de los seres humanos; en la que la identidad de uno vive para la glorificación de los otros y no hay espacio para la envidia que tanto oscu

DOMINGO VIII DEL TIEMPO DE PASCUA. CICLO C FIESTA DE PENTECOSTES (Hch 2, 1-11; Sal 103; 1Cor 12, 3b-7.12-13; Jn 20, 19-23)

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Nada aparece sin más, de repente, como si no hubiera algo que lo trae hasta la existencia poco a poco. Incluso lo que nosotros, los creyentes, llamamos creación de la nada, aparece en los relatos del Génesis como un acontecimiento lento en el que la acción de Dios va llamando a las cosas a la existencia. Así todo lo que es y puede ser, lo es viniendo a ser, como comprobamos cuando aprendemos a tocar un instrumento, cuando estudiamos un idioma o cuando queremos poner en forma nuestro cuerpo. Además, parecería como si todo estuviera ya ahí, pero necesitara un impulso interior y exterior para acontecer, para venir a la vida, para llegar a sí mismo. Pues bien, hablar del Espíritu Santo no es, en primer lugar, hablar de sus dones excepcionales, sino de esa presencia escondida del aliento divino que impulsando la realidad desde su interior la dirige a sí misma; un aliento unido a todo lo que en la vida es vida que se está haciendo, que se está encaminando hacia su mejor versión, aunque sea