ORACIÓN DE FINAL DE CURSO 2021-22

Señor, Dios nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
 
¡Qué admirable tu nombre, Señor!,
creador del cielo y de la tierra,
creador que te complaces
cuando ves la efervescencia de la vida
en todas sus formas, que te complaces
cuando los sonidos que el movimiento de las cosas
y las relaciones de los seres vivos producen
llegan a tus oídos atentos.
¿Qué es el ser humano para que hayas pensado de él?
 
¡Qué admirable tu nombre, Señor!,
creador de pensamiento y de los misterios
que habitan la profundidad de las cosas,
Creador de la música de las estrellas
y del susurro íntimo de nuestra alma.
¿Qué es el ser humano para que hayas pensado de él?
 
Señor, Dios nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
 
¡Qué admirable tu nombre, Señor!,
Tú nombre, que es una llamada continua,
una pregunta alentadora, un misterio acogedor.
Tu nombre que es el verdadero cielo protector,
el suelo firme que nos sostiene,
el juicio que renueva todas las cosas.
 
¡Qué admirable tu nombre, Señor!,
Tu nombre, que espera paciente
a que aprendamos a pronunciarlo con alegría,
que no rehúye nuestra boca
incluso cuando esta lo hace impuro
al pronunciarlo envuelto en intereses mezquinos,
que acompaña nuestros nombres
como un apellido de familia,
siempre abierto a lo que pudiéramos necesitar.
 
¡Qué admirable tu nombre, Señor!,
Tu nombre, que es una mesa abierta para todos,
una aguja delicada que cose las diferencias
para que embellezcan el traje de la unidad,
Tu nombre, que es siempre una posibilidad nueva,
un comienzo nunca cerrado, un final siempre abierto.
 
Señor, Dios nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
 
Al terminar el curso, queremos volverlo a pronunciar
Señor Dios nuestro,
Para que, al hacerlo, los trabajos realizados
queden sembrados en él, en tu nombre
que es la tierra buena donde nada se pierde,
la tierra donde el trigo se multiplica
y la cizaña termina por agostarse,
la tierra donde hasta las semillas más pequeñas
alcanzan a crecer para bien de todos.
 
Por eso, al terminar el curso
te presentamos juntos nuestros logros y nuestros fracasos
como una ofrenda donde no hay nada que esconder
porque confiamos en que tú nombre,
que es también misericordia,
sabrá hacerlo todo nuevo, bueno y verdadero.
 
Pedimos pues finalmente que tu nombre
siempre se pronuncie sobre nosotros
y con él tu bendición nos acompañe
para terminar nuestras labores
y volverlas a empezar en el continuo juego de tu amor.
 
Señor, Dios nuestro,
¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!


(Recitada en la Universidad Pontificia de Salamanca el 14 de junio de 2022)

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