LOS TRABAJOS DE LA VOCACIÓN

En una conferencia sobre su historia de escritora, Susanna Tamaro afirmaba: “Por ser un don tan especial (el de la escritura) es necesario cuidarlo como si fuera una criatura frágil e indefensa. El mundo está lleno de talentos que mueren asesinados por sus mismos propietarios. Los mata la arrogancia, la presunción, el deseo de aprobación y de éxito […] Hay que escribir […] por una verdadera, absoluta e irrenunciable exigencia interior. Debemos ser simples y de la simplicidad hacer nacer la profundidad y viceversa. Probablemente si yo hubiera empezado a componer frases admirables desde la más tierna edad, […] si hubiera sido reconocida y aclamada muy pronto, no diría estas cosas. He tenido que hacer un largo aprendizaje”. Releo estas palabras y me parece que pueden emplearse para cualquier vocación personal, que las más de las veces no aparece si no es en un compromiso fiel con el esfuerzo, la sencillez, la profundidad y la libertad frente al mundo. “Humildad y paciencia -dice Tamar...