ESTILO Y BELLEZA

En el libro Música blanca, Cristina Cerezales recuerda una carta que Juan Ramón Jiménez escribió a su madre Carmen Laforet. En ella comparte una confidencia de escritor: “Siempre me ha obsesionado este asunto del estilo. Ahora yo, que estoy repasando toda mi obra escrita para una edición definitiva, me deleito en quitar todas las palabras menos naturales, ‘estío’ por verano; […], ‘gualdo’ por amarillo; ‘mas’ por pero, ‘albo’ por blanco, ‘calosfrío’ por escalofríos, etc. […] Y vuelvo a poner repeticiones que eran necesarias donde las había quitado”, Seguramente se dio cuenta del peso de vanidad y protagonismo que llevaba impresa su escritura y que no la dejaba ser ella misma. 

En este mismo sentido, Marta D. Riezu acaba de escribir Agua y jabón. Apuntes de elegancia involuntaria. Toma el título, y comienza el libro, con una respuesta del fotógrafo y modisto ingles Cecil Beaton al que le preguntaron qué era la elegancia. “Agua y jabón”, dijo. Y continua ella: “que es lo mismo que decir: lo elegante es lo sencillo, lo útil, lo de toda la vida. La elegancia involuntaria se asocia al gesto generoso, a la alegría discreta, a la persona que aporta y apacigua”.

Yo he recordado a los lirios del campo, y también a las margaritas.


Texto tomado de: Cristina Cerezales, Música blanca, Destino 2009, 25; Marta D. Riezu, Agua y jabón. Apuntes de elegancia involuntaria, Anagrama 2022, 9.

Comentarios

  1. Pues si lo elegante es lo sencillo, pero eso no se valora en el mundo en el que vivimos.
    Cómo no se valoran los gestos generosos...
    Este mundo necesita de más amor

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