DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO (Is 35, 4-7a, 12. 27-33; Sal 145, 7-10; Sant 2, 1-5; Mc 7, 31-37)

En el evangelio de hoy, Jesús cura a un sordo que empieza luego a hablar correctamente porque antes apenas podía. Pero, ¿qué significa para Dios que alguien oiga y luego hable correctamente?

“Escucha Israel”, así comienza el credo del pueblo de Israel. Sin esta escucha de Dios nada empieza bien, y “lo que mal empieza…”. Toda la predicación de Jesús es un grito para que se abran nuestros oídos al evangelio de la vida. Pero, ¿quién lo escuchó?, ¿quién lo escucha? Sabemos que “no hay más sordo que el que no quiere oír”, y demasiadas veces nos hacemos los tontos ante su evangelio con esa sordera selectiva que comienza ya en Adán cuando recuerda que Dios le dijo que todo era para él, pero no escucha que no lo puede coger todo a riesgo de morir en su afán de posesión. Aunque también es verdad que nuestra escucha está prisionera, antes de que queramos, de palabras falsas que otros pusieron en nuestro corazón.

Con su ministerio Jesús quiere abrir el entendimiento del corazón y no solo el del oído: “Ábrete”, deja que fluya la verdad de Dios en ti. Y lo hace, como dice el texto “mirando al cielo”, presentando al sordomudo (a nosotros) a Dios, intercediendo por él, porque sabe que solo si oye vivirá, solo si escucha a Jesús encontrará los caminos de la vida.

 Entonces, ¿qué significa escuchar bien y hablar bien? Escuchar de boca de Jesús, “a solas” (en la intimidad), que somos amados y que los demás también lo son; que solo el camino de la projimidad y la misericordia abre el mundo a su plenitud; que nuestra vida está contaminada y debemos entregarnos con humildad a Dios para que cure nuestra codicia, nuestra envidia y nuestro odio; que el futuro es de Dios por más que se cierren los caminos del mundo; y que nuestra libertad verdadera, y con ella nuestros talentos, solo se realizan en el amor. Escuchar para hablar correctamente, es decir, para dejar que estas palabras vayan haciéndose vida en nuestro pronunciar la realidad.

 

Imagen tomada de internet. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuento a modo de meditación. DOMINGO DE PENTECOSTÉS.

Mañana de Corpus. Apócrifo