DOMINGO II DEL TIEMPO DE PASCUA. CICLO C (Hch 5,12-16; Sal 117; Apoc 1,9-11a.12-13.17-19; Jn 20, 19-31)

El estribillo de una conocida canción infantil dice: “¿Dónde están las llaves?, matarile, rile, rile…”. Es la respuesta a tres afirmaciones que suenan con la misma música: “Yo tengo un castillo – En el fondo del mar – Quien irá a buscarlas”. El tono alegre de la canción queda preso en un bucle repetitivo a la espera de que se pudiera concluir con algo más que un “Se acabó. No hay llaves ni castillo que valgan”, y un eco cínico le diga a nuestro corazón: “Te toca vivir fuera del castillo, matarile, rile, rile”. ¿Significa algo esta canción? Hoy, en la lectura del libro del Apocalipsis, Juan recibe una revelación en la que alguien al que no ve le dice: “No temas. Estuve muerto, pero ahora vivo para siempre y tengo en mi poder las llaves de la muerte y del abismo”. No hay nadie que no haya sentido en su interior un anhelo de vida plena, una esperanza vinculada a las experiencias del amor, del trabajo bien hecho, de la belleza… Y es que, bajo la forma compacta de nuestro mundo rocoso, to...