Las manos del Señor (Gijs Frieling)

Todo está rodeado de belleza. Por doquier nace la vida, brota como los pétalos inquietos que se abren para alegría y esperanza del mundo. Pero obsesionados como estamos en ser dueños de la vida, solo vemos la marca de oscuridad y muerte que no logramos esquivar y nos asalta por doquier. Libra mis ojos de la muerte. Tú nos embarras la mirada para que volvamos a contemplar la belleza inicial, para que reconozcamos que somos barro, tierra vivificada por el aliento de tu vida. Lo haces para que nos contemplemos desde ti, que llamas a ser a lo que no existe y lo haces saltar sin medida hasta la vida eterna. ¿Podremos abrir los ojos y contemplar el brillo de eternidad de tu obra, y confiar?

Comentarios

Entradas populares de este blog

TRAS LA MUERTE DE JAVIER. Compañero de presbiterio.

DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C (Jer 38,4-6.8-10; Sal 39; Hb 12,1-4; Lc 12

DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C (Gn 18, 1-10a; Sal 14, 2-5 ; Col 1,24-28; Lc 10, 38-42)