Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2024

DOMINGO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO (Is 50, 5-9a; Sal 114, 1-9; Sant 2, 14-18; Mc 8, 27-35)

Imagen
Hoy, con una claridad que asusta, el evangelio nos dice que saber decir quién es Jesús no significa que reconozcamos sus caminos ni mucho menos que los sigamos o queramos seguirlos. Y no porque Jesús no se explique con claridad. Jesús “se lo explicaba con toda claridad”, dice el evangelista, y es precisamente entonces cuando descubrimos (como los discípulos) que no sabemos lo que decimos saber y que no queremos lo que decimos querer. En el fondo, el evangelio de hoy nos pone en guardia contra todas las devociones que encubren las palabras del evangelio, contra todas las acciones religiosas con las que nos sentimos conformes con Dios sin conformar nuestro corazón con el suyo, contra todas las pertenencias a grupos que no quieran vivir una humanidad común porque eso supondría salir de las zonas de bienestar relacional y acoger a aquellos que no son de los nuestros, pero sí que son los de Jesús, aunque sean difíciles de tratar y a veces hagan daño.  Una de las etapas del camino cristian

DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARIO (Is 35, 4-7a, 12. 27-33; Sal 145, 7-10; Sant 2, 1-5; Mc 7, 31-37)

Imagen
En el evangelio de hoy, Jesús cura a un sordo que empieza luego a hablar correctamente porque antes apenas podía. Pero, ¿qué significa para Dios que alguien oiga y luego hable correctamente? “Escucha Israel”, así comienza el credo del pueblo de Israel. Sin esta escucha de Dios nada empieza bien, y “lo que mal empieza…”. Toda la predicación de Jesús es un grito para que se abran nuestros oídos al evangelio de la vida. Pero, ¿quién lo escuchó?, ¿quién lo escucha? Sabemos que “no hay más sordo que el que no quiere oír”, y demasiadas veces nos hacemos los tontos ante su evangelio con esa sordera selectiva que comienza ya en Adán cuando recuerda que Dios le dijo que todo era para él, pero no escucha que no lo puede coger todo a riesgo de morir en su afán de posesión. Aunque también es verdad que nuestra escucha está prisionera, antes de que queramos, de palabras falsas que otros pusieron en nuestro corazón. Con su ministerio Jesús quiere abrir el entendimiento del corazón y no solo el d