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Mostrando entradas de mayo, 2024

Mañana de Corpus. Apócrifo

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Mañana de Corpus.  Apócrifo Habían venido de Jerusalén, de la herrería más famosa de todas las que estaban dispersas por las ciudades estado de aquella zona. Saúl no se conformaba con ser el señor de Israel, el más alto y fuerte, quería hacer brillar su poder, aparecer revestido de una luz divina y por eso trajo a aquellos artesanos que convertían el metal de la tierra en vestidos de luz y fuerza. Después de dos largos meses le entregaron la coraza esperada. Henchido de orgullo, convocó al pueblo en el palacio que había construido en Gabaón y, vestido de la presencia que le daba aquella armadura, salió a la terraza a saludar a todos, o más bien a que todos le saludaran a él. Les pareció que el cuerpo de Saúl se había trasfigurado cuando la luz del sol reposó sobre él. Sin embargo, en aquel mismo momento se le encogió el corazón cuando le comunicaron que el enemigo estaba frente a las murallas de la ciudad. Un enemigo mucho más...

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD (Dt 4,32-34.39-40; Sal 32; Rm 8,14-17; Mt 28,16-20)

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¿Por qué nos duele tanto la pérdida de las cosas y las situaciones que hemos llegado a apreciar?, ¿es simplemente por el gen egoísta que parecemos llevar dentro? ¿Por qué nos duele tanto la pérdida de las personas que han dado vida a nuestra vida?, ¿de nuevo el gen egoísta que solo piensa en nosotros mismos? Por otra parte, ¿por qué nos hace tanto daño la indiferencia de los demás, su desprecio? ¿por qué la soledad nos pesa incluso si la necesitamos para ser nosotros mismos? La razón es que nuestra vida no está configurada para ser algo así como una esfera cerrada y autosuficiente, separada y sin necesidades. La razón es que estamos creados como miembros de una especie de ecosistema que, por lo demás, ya nos habita por dentro. Somos siempre nosotros y los otros a la vez, nosotros y las otras realidades al mismo tiempo, de forma que sin todo lo demás y todos los demás no somos nosotros mismos. Y esto es el gozo denuestra vida, cuando todo se coaliga para ser uno sin que apenas nos dem...

"Vestidos los dejó de su hermosura". Belleza y espiritualidad cristiana.

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  Conferncia impartida en la Fundación Santiago Pérez Gago, de Salamanca, el 18 de mayo de 2024

Cuento a modo de meditación. DOMINGO DE PENTECOSTÉS.

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LA NOCHE DE PENTECOSTÉS I. No entendía cómo había pasado, pero un día se había despertado teniendo que hacer esfuerzos para respirar. Nunca lo había pensado, respiraba y ya está. ¿Acaso alguien piensa en respirar? Se respira y basta. Pero ahora no. Desde aquella mañana necesitaba poner voluntad para poder hacerlo. Por eso, cada vez más se había obsesionado y tenía miedo de que, antes o después, su voluntad no fuera suficiente para realizar aquel acto antaño tan simple. II. Esperó a dejar de prestar atención a lo que sucedía a su alrededor. Qué importaba si él mismo estaba siempre a un paso de perder el aliento. Apenas encontraba aliciente en lo que hacía poco eran sus rutinas más queridas y había perdido la serenidad necesaria para contemplar sereno el fluir cotidiano de las cosas y las personas que hacían de su vida algo evidente y bueno. III. Visitó varios médicos con miedo a la palabra cáncer, pero ninguno encontró en los muchos análisis que le hicieron nada extraño, ninguno alcanzó...

Peresentación diocesana de 'Cosas que leo al leer'

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Recensión de 'Cosas que leo al leer'

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DOMINGO VII DE PASCUA. ASCENSIÓN DEL SEÑOR (Hch 1, 1-11; Sal 46, 2-9; Ef 1, 17-23; Mc 16, 15-20)

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¿Dónde está el cielo? Es evidente ya que no está en la parte alta del universo, pues el universo no tiene parte alta. Por otro lado, tampoco se puede decir que está en otro sitio, pues si el cielo es el espacio donde Dios se encuentra no hace falta ir a ningún sitio especial para estar junto a Él. Lo que sí se puede mantener es que aparece allí donde la vida no está sometida a ninguna de las fuerzas de muerte que habitan el mundo. Por eso, podemos decir que es Dios mismo, porque Dios es vida y vida que se da en movimiento sin fin, con un deseo de que todo sea colmado de sobreabundancia de forma que produce alegría y nada más que alegría (este seguramente sea el sentido del canto de los ángeles, del que a veces hablamos para describir el cielo). Esta es la razón por la que en determinados momentos decimos que tocamos el cielo, porque experimentamos la vida solo como vida dada, acogida, compartida, creativa, sobreabundante, sin fronteras de ningún tipo, sin nada que la limite o la frustr...

DOMINGO VI DE PASCUA (Hch 10, 25-26. 34-35. 44-48; Sal 97, 1-4; 1Jn 4, 7-10; Jn 15, 9-17)

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La lógica de nuestros tiempos hace que al escuchar a Jesús decir: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor” o “vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando”, concentremos nuestra atención en la segunda parte: hemos de amar, hemos de cumplir los mandamientos del amor. Pero entonces olvidamos que la primera no es, sin más, evidente; que sin la primera la vida cristiana se reduce a lo que hacemos nosotros, que por otra parte es siempre imperfecto, frágil y habitualmente ambiguo. Todo queda medido por si hago o no hago, por si cumplo o no cumplo. Triste cristianismo y triste vida la del que así lo vive, porque es el amor, la amistad de Cristo la que nos salva. Pero esta amistad, este amor no es simplemente una idea, sino un acontecimiento a vivir, y necesitamos abrirnos a él. Jesús elige a algunos para que vayan con él, para que aprendan a ser amados y así puedan hablar del amor de Dios (también con sus obras), pero lo primero es lo primero: escuchar a...