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Mostrando entradas de diciembre, 2024

Las tripas de la esperanza (artículo para Vida nueva nº. 3933, con motivo del inico del Jubileo)

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COMIENZO DEL AÑO JUBILAR DE LA ESPERANZA. Nochebuena 2024

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FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA. DOMINGO DESPUÉS DE LA NAVIDAD. Ciclo C (Eclo 3, 2-6.12-14; Sal 127, 1-5; Col 3, 12-21; Lc 2, 41-52)

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Como hace Jesús en el evangelio hoy, todos hemos de estar “en las cosas de Dios, nuestro Padre”. Nada hay por encima de ellas. Esta es realmente nuestra vocación, como fue la suya. Una vocación que se explicita en cada uno de una manera distinta, pero que procede de los talentos que Dios nos ha dado y de las circunstancias en las que nos ha tocado vivir y que nos solicitan. Ahora bien, para que esta vocación se desarrolle bien debe crecer en un campo propicio para el encuentro con la llamada del Señor. Este campo fecundo es la familia, cuya misión es la de dar un espacio de vida donde descubramos nuestro valor incondicional y, por tanto, que somos amados antes y más allá de cómo seamos; y, en segundo lugar, crear un espacio donde la igualdad y la diferencia aprendan a conciliarse para el bien común. Esta familia es la inmediata, pero también la cultural y la política. Es verdad que, desgraciadamente, no siempre cumple su misión, aunque ello no resta nada de su importancia en este s...

NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR. Ciclo C (Is 9, 1-6; Sal 95, 1-3.11-13; Tito 2, 11-14; Lc 2, 1-14)

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En el evangelio de la Navidad se nos anuncia la presencia de un salvador con forma de niño envuelto en pañales. Pero, más allá del sentimentalismo y la afectación con la que nos enreda engañosamente nuestro deseo de vivir en un mundo que no existe, ese mundo de amor y armonía que dibujan las felicitaciones, donde la injusticia y la violencia no existen, y la tristeza, el dolor y la soledad se han disipado, ¿qué se nos da en este niño que aparece en postales, belenes, balcones, y se nos da a adorar en la liturgia? Comprenderlo requiere silencio, meditación y escucha. Porque no es fácil ver en este niño la vida misma de Dios que se entrelaza con la nuestra hasta quedar sujeta a nuestra impotencia, la claridad de Dios que se adentra con la oscuridad del mundo hasta quedar casi apagada, el amor de Dios que aparece marginado en los negocios en los que andamos hasta quedar invisibilizado. Pero comprender es encontrar la fuente de la esperanza que no se apaga, porque en este cuerpo aún chico ...

CUARTA SEMANA DE ADVIENTO CON CAITLIN CONNOLLY

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IV DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo C. (Miqueas 5, 1-4a; Sal 79, 2ac.3b.15-16.18-19; Heb 10, 5-10; Lc 1, 39-45)

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En muchas representaciones de la escena de la visitación me parece ver a dos mujeres abrazadas y bailando, contentas de la vida escondida que llevan en sí. Mujeres simples que en su pequeñez comparten la alegría de comprender que Dios se ha fijado en ellas a partir de un gesto tan sumamente normal que nadie diría que tiene algo de especial para estar tan alegres: acoger y cuidar una vida. Por eso, en esta escena que anuncia la llegada del Hijo de Dios, creo que se nos invita a comprender que no hay que esperar grandes cosas, que su presencia se da en las cosas cotidianas donde podemos acoger lo que vemos nacer en nosotros mismos, lo mejor de nuestra existencia, que puede ser algo simple, y cuidarlo y ofrecerlo y compartirlo con los que nos cruzamos. Quizá así la vida de Dios se exprese en carne humana y un día veamos cómo todas las cosas bailan al ritmo de Cristo sin esos miedos que nos acobardan porque nos hacen creer que no somos nada especial. Un pueblo venido a menos y otro all...

TERCERA SEMANA DE ADVIENTO CON CAITLIN CONNOLLY

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III DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo C. (Sof 3, 14-18a; Salmo: Is 12, 2-6; Filp 4, 4-7; Lc 3, 10-18)

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Hemos dado muchas cosas por supuestas en nuestra fe. Hemos dado por supuesto que Dios era evangelio y, por eso, olvidándonos de anunciar la alegría que trae, nuestras predicaciones se hicieron moralistas y terminaron por dejarnos delante de una Iglesia leguleya y un Dios juez. ¿Por qué estar en la Iglesia? ¿Por qué cumplir la ley de Dios? ¿Por qué esperar su presencia entre nosotros? Estas preguntas solo pueden responderse afirmativamente si presentimos la alegría que puede traer esa respuesta. Y esto es lo que nos toca buscar en el sobrado olvidado de nuestra fe. “Alégrate, regocíjate, llénate de gozo, disfruta con todo tu ser”, así se expresa Sofonías. “Gritad jubilosos”, continúa el salmo. Y san Pablo apostilla: “Estad alegres, os lo repito, estad alegres”. Pero, ¿es que el Señor no ve nuestros problemas? Pues claro que sí, nuestra alegría no es fruto de que tengamos un Dios que lo solucione todo, el “anti-grasas” perfecto, sino de que está de nuestra parte, de que su vida nos rod...

SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO CON CAITLIN CONNOLLY

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SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA / II DOMINGO DE ADVIENTO. Ciclo C. (Gen 3,9-15.20; Sal 97,1-4; Ef 1,3-6.11-12/ Filp 1, 4-6.8-11; Lc 1.26-38)

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A veces basta que un pájaro se pose en el dintel de nuestra ventana, o sentir la suavidad acogedora de las sábanas de nuestra cama, o quedar a tomar un café o una cerveza con un amigo, o que una sonrisa nos tienda su mano amiga, o que aparezca el fruto momentáneo del esfuerzo de un trabajo en el que hemos puesto nuestro empeño para que sintamos que el mundo se ha ordenado por un momento y se ofrece como un hogar acogedor. Entonces, por un instante se nos revela que el mundo es bueno, que tiene sentido, que está creado para la vida y que se puede confiar en él. Es como si el futuro que continuamente esperamos nos visitara para animarnos a caminar con esperanza. Para los católicos, esto sucede con María, en ella la humanidad alcanza su forma verdadera y se nos ofrece como compañía de vida para alentar nuestros trabajos y nuestros días. El vacío que todos sentimos se hace para ella anuncio de una gravidez divina que dará a su vida sentido y plenitud, el camino por el valle de lágrimas q...